lunes, 6 de diciembre de 2010

Lecciones de los videojuegos en educación, civismo, periodismo.




En este artículo de Dolores Reig podemos ver un vídeo con la reacción de un menor cuando ve que no puede jugar al World of warcraft (aunque se dice que es un montaje).






Dolores piensa que el día que el niño o el adolescente, tenga la misma reacción que el del video, por no poder ir a la escuela, algo habrá cambiado en la educación y algo habremos aprendido de una de las industrias que más sabe de motivación. Pues no hay ninguna industria que motive mejor a los jóvenes que la de los videojuegos.
La charla comienza recordando que la industria de los videojuegos es una industria viva, tanto, que llega a vender sus derivados incluso en forma de música via itunes. La clave de todo ésto está en ser capaces de proporcionar experiencias altamente gratificantes, en fomentar la ambición, proporcionar disfrute, ofrecer premios con altas cargas emocionales, generar y satisfacer necesidades.
Se trata de la utilización de curiosidad, inteligencia, pues estos temas, como seres civilizados nos estimulan enormemente. El autor define algunas cosas que podemos aprender de los videojuegos, que podemos aplicar en otros ámbitos:
-La primera es muy simple: una barra de progreso puesta en funcionamiento, en algunas universidades.
-En segundo lugar, son buenos elementos de motivación los diversos, múltiples propósitos a largo y corto plazo, que los juegos son capaces de generar.
-En tercero implica premiar el esfuerzo, aunque sea mínimo y con un premio de estas características.
-En cuarto lugar recuerda lo importante del feedback, de la información que ayude a resolver las cosas. 
-En quinto lugar es bueno añadir un elemento de incertidumbre. 
Ésta es la regla del 25 por cien de posibilidades de no conseguir nada, que puede mantenernos alerta hasta el final. Si la introducimos en test, en pruebas, si introducimos elementos de azar controlado en muchas formas de test y aprendizaje podemos elevar los niveles de motivación de la gente. Un elemento de incertidumbre siempre nos mantendrá alerta para volver e investigar más.
En mi opinión, los videojuegos son algo que no es ni bueno ni malo en sí. Es decir, depende del uso que hagamos de ellos. Todo en exceso es malo, y éstos no van a ser una excepción. Pienso que si sabemos hacer un uso controlado de ellos, pueden ser incluso beneficiosos, pues podemos llegar incluso a sentirnos realizados con ellos en el caso de conseguir metas que se nos proponen que en la vida real no podríamos conseguir. Además, como bien podemos leer en el artículo, hay aspectos de éstos que podríamos aplicar en la educación para obtener una mayor motivación de los alumnos y con ello, unos mejores resultados académicos.



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