miércoles, 15 de diciembre de 2010

La Infoxicación en la Era de las Interrupciones y la Infomanía. Recensión.

En esta recensión, comentaremos un artículo de Manuel Gross titulado “La Infoxicación en la era de las interrupciones y la infomanía".

Antes de Internet, Jorge Luis Borges imaginó la Biblioteca de Babel, donde se almacenaban todos los libros existentes en un laberinto interminable de galerías hexagonales. Hoy en día, cada año se genera más información que la existente desde que comenzó a escribirse la historia de la humanidad.

La explosión de las redes sociales, la fotografía y el video digital, el auge de la telefonía móvil, el e-mail y la navegación web han expandido la información digital hasta límites insospechados. Sin embargo, más información sólo provoca mayor confusión, puesto que bloquea la capacidad de análisis y procesamiento. Y la intoxicación informativa está ligada a otra patología asociada: la ansiedad por informarse, o infomanía, que se caracteriza por la búsqueda constante de estímulos informativos, y una agobiante sensación de angustia y vacío que es necesario llenar con más información.

La mayoría de la gente destina hasta dos horas por día a limpiar y ordenar sus buzones de correo electrónico. Incluso Hay quienes experimentan una compulsión a leer sus correos y se angustian ante la posibilidad de perder un mensaje importante. Padecen el síndrome de ansiedad del e-mail (e-mail anxiety), un mal que se agrava por el uso masivo de dispositivos móviles. Lo cierto es que el exceso de estímulos informativos genera estrés y aturdimiento.

Las TIC (tecnologías de la información y comunicaciones) invadieron el ámbito laboral, de estudio y también la vida familiar y privada de las personas. Según Rescue Time, el 28% del día laboral en las empresas se malgasta en interrupciones que no son urgentes ni importantes y en retomar el hilo de lo que se estaba haciendo. Estas interrupciones tienen un peligro principal, el deterioro que provocan en la memoria de corto plazo.

A medida que se multiplican los contenidos en Internet, la capacidad de leerlos decae.
Para algunos especialistas, como Manuel Castells, los jóvenes de hoy (nativos digitales) tienen una estructura de pensamiento fragmentada, ya que están acostumbrados a saltar de un tema a otro, como al navegar por Internet a través de hiperlinks o hacer zapping. Ante la multiplicidad de estímulos, captar el interés de usuarios y consumidores es un tremendo desafío. Para tomar cualquier decisión, la información disponible satura e inmoviliza. No hay tiempo para analizarla y digerirla, y muchas personas, para combatir la parálisis que esto les genera, optan por ocuparse de todo al mismo tiempo. Practican el multitasking: la capacidad de hacer varias cosas a la vez.

Las razones por las que nos “intoxicamos” con datos son varias: el acopio de más información de la necesaria; el recibir gran cantidad de datos que no han sido pedidos; la búsqueda de información de sobra para justificarnos; el almacenamiento de información que en el presente no necesitamos pero que creemos necesitaremos en el futuro…

En mi opinión, es cierto, que hay una gran cantidad de información que no toda es cierta ni necesaria, incluso a veces es recibida sin pedirla, lo que puede llevar incluso a desarrollar situaciones de estrés en los casos menos extremos. Pero ante esta verdad, debemos ser capaces de ser críticos con la información que recibimos, no dejarnos engañar con mensajes publicitarios y eliminar de nuestros aparatos electrónicos toda la información que no necesitemos o que nos ha llegado sin ser pedida.

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